LUNES, 15 de junio

La nueva PAC es una oportunidad extraordinaria para conseguir que la Unión Europea premie aquellas prácticas agrícolas que ayuden a aumentar la biodiversidad y, por ende, las especies de caza menor. Los cazadores lo sabemos y por eso la RFEC y Fundación Artemisan han elaborado un documento en el que explican qué habría que hacer para que esto fuera posible

Por Nicolás Vicente Urbani Barrios, asesor técnico veterinario de RFEC y ARRECAL

La Política Agraria Común (PAC) es la política comunitaria con mayor impacto financiero y estructural sobre nuestro territorio (y por tanto en la fauna silvestre y las especies cinegéticas). Principalmente asociada al cobro de ayudas económicas por los agricultores y ganaderos –que deben cumplir unos condicionantes específicos sobre prácticas agrarias, biodiversidad, cultivos, fitosanidad, bioseguridad, bienestar animal…–, esta política presenta un marco plurianual.

Actualmente se encuentra en revisión a nivel europeo y estatal para poder cumplir nueve objetivos estratégicos prioritarios entre los que se encuentran el fomento de la biodiversidad, de las zonas rurales vivas y del medio ambiente, agua y suelo, etc…

Los eco-esquemas, la gran novedad de la PAC

Una de las principales novedades para el nuevo periodo PAC son los eco-esquemas: un nuevo régimen de pago para promover la protección del medio ambiente y el clima mediante el presupuesto de los pagos directos de los estados miembros –en el primer pilar de la PAC–. Ofrecen la posibilidad de conceder pagos directos como un incentivo a los agricultores y ganaderos para que adopten prácticas beneficiosas para el clima y el medio ambiente –por encima de los costes incurridos o el lucro cesante debido a la adopción de dichas prácticas–, cuyo contenido y presupuesto será decidido por cada Estado.

Así pues, la Real Federación Española de Caza (RFEC) y la Fundación Artemisan han coordinado el proyecto pionero y actualmente imprescindible para el sector cinegético nacional sobre Propuestas PAC post 2020: eco-esquemas y medidas agroambientales para la nueva PAC cuyo objetivo es la recuperación de la fauna menor y la biodiversidad.

Un documento hecho por científicos, técnicos y expertos

El documento ha sido elaborado por un equipo multidisciplinar de científicos, técnicos y expertos –enarbolando la estrategia ‘ganamos todos’– para lograr la máxima expresión de la sostenibilidad económica, social y ambiental del mundo rural en toda la geografía española.

A modo de esquema práctico, exponemos las medidas de mejora ambiental recogidas en este documento, principalmente asociadas a la mejora del refugio y alimento, junto a la disminución de impactos negativos físicos, químicos o biológicos sobre la fauna menor.

5 medidas para las áreas cerealistas

  1. Márgenes multinacionales –de aplicación también en cultivos leñosos de secano y cultivos tradicionales–: linderos de cuatro metros de ancho, en los que se realiza una siembra mejorante con mínimo cuatro especies botánicas y se evita cualquier tipo de laboreo o interacción agraria durante 4 años.
  2. Recolección sostenible –de aplicación también en cultivos tradicionales–: dejar un mínimo de 20 centímetros de altura al corte de la cosechadora; evitar el picado de la paja, el empacado o el pastoreo hasta un mes postcosecha.
  3. Barbechos con vegetación –de aplicación también en cultivos tradicionales–: fomento de barbechos con mínimo laboreo para su mantenimiento agrícola.
  4. Prohibición de semillas blindadas –de aplicación también en cultivos tradicionales–: empleo de simiente no tratada químicamente con productos para el control de plagas de hongos y parásitos, que se han demostrado científicamente nocivos para las aves esteparias.
  5. Diversificación de cultivos: en las grandes explotaciones cerealistas, sería de especial interés para la biodiversidad la alternancia de cultivos como leguminosas, leñosos… como mejora general del hábitat –se evita que las labores agrarias no se concentren en épocas concretas, y aumenta la disponibilidad a largo plazo de refugio y comida–.

5 actuaciones en la dehesa

  1. Equilibrio de carga animal: el exceso de densidad de animales de producción y/o ungulados cinegéticos, afecta directamente por sobrepastoreo al estrato herbáceo, absolutamente necesario para el sostenimiento de las especies menores en tamaño.
  2. Caballones o beetle banks –de aplicación también en áreas cerealistas y cultivos tradicionales–: dos montículos de 50 centímetros de alto y 120 de ancho, con una separación de 270 entre ambos, en la que se realiza siembra mejorante con varios taxones botánicos; y posteriormente se mantiene como barbecho con vegetación.
  3. Plantaciones de regeneración: el ecosistema de dehesa, se singulariza a nivel mundial por el equilibrio agro-silvo-pastoral. Así pues, el refuerzo de zonas con menor estrato arbóreo –por ejemplo asociado a la patología forestal de la seca– con especies autóctonas del género Quercus como el alcornoque, el quejigo o la carrasca, es muy beneficioso.
  4. Mejora de pastizales: como hemos comentando en el punto anterior, para sostener el equilibrio ambiental de la dehesa los pastos ganaderos son fundamentales, y para ello se pueden mejorar mediante siembras de leguminosas, abonados con estiércol animal, y pastoreo rotacional racionado.
  5. Fomento de charcas: el aumento de la disponibilidad de puntos de agua, preferiblemente selectivos entre especies; optimiza el bienestar y la sanidad del ganado y la fauna silvestre.

3 acciones en cultivos leñosos de secano

  1. Calles con cubierta vegetal: entre las líneas de plantación de olivos, almendros o viñedos, y transversales a la línea de pendiente –para minimizar erosión– mantener una vegetación sembrada o espontánea.
  2. Franja vegetal junto a cursos de agua –de aplicación también en cultivos tradicionales y áreas ceralistas–: en caso de ubicarse en esta zona geográfica singular, mantener una franja de cinco metros de anchura paralela a estos elementos hidrológicos con vegetación natural autóctona.
  3. Limitación de labranza: se restringe esta labor agrícola entre el 1 de marzo y el 1 de octubre de cada año.

3 medidas en cultivos tradicionales

  1. Empleo de cereales autóctonos: variedades tradiciones como el trigo del país, más rústicas y adaptadas a la climatología de la zona norte, y que se pueden asociar a producciones de calidad diferenciada.
  2. Franjas sin cosechar –de aplicación también en áreas cerealistas–: superficie de interés ecológico, que favorece la nidificación, alimentación y refugio de la fauna.
  3. Protección de los cultivos: en algunas zonas, por sobreabundancia principalmente de jabalí, será necesario establecer medidas de protección contra daños agrarios para permitir el desarrollo fenológico del cereal como vallados o acuerdos con las sociedades de cazadores locales para controles poblaciones.

Es necesario consensuarlas con administraciones, agricultores, ganaderos, grupos políticos y ecologistas

El consenso y redacción de estas medidas son el primer paso del proyecto de las Propuestas PAC 2020 del sector cinegético nacional. Ahora es necesario recabar el apoyo de las organizaciones agrarias, administraciones competentes nacionales y autonómicas, grupos políticos, entidades ecologistas, medios de comunicación y la propia sociedad urbana para que se destine un marco financiero adecuado en la PAC para su aplicación práctica agraria en los próximos años.

La RFEC y Fundación Artemisan han presentado estas propuestas recientemente al Ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación; además, las federaciones autonómicas de caza lo están trasladando ante sus respectivas consejerías competentes, y se van a realizar próximas mesas de trabajo con organizaciones agrarias … para recabar los máximos apoyos.

Beneficio para toda la biodiversidad en su conjunto

Es necesario recalcar que estas medidas repercutirían directamente en el fomento de la fauna silvestre ligada ecosistemas agrarios; es decir, por supuesto que mejoraría el estatus de la fauna cinegética como la perdiz roja, el conejo, la liebre, la codorniz, la tórtola europea, los zorzales, anátidas… pero además mejorarían sustancialmente la conservación de especies singulares y protegidas como la avutarda, el sisón, ganga, ortega, etc… es decir, a toda la cadena trófica agrosistémica nacional.

En conclusión, el documento presentado mejoraría la orientación y aseguraría resultados sobre los objetivos estratégicos de la PAC: renta agraria, zonas rurales vivas, protección del medio ambiente, conservación de la biodiversidad… Insistimos, con estas propuestas, ganamos todos.

En este enlace es posible consultar el documento completo.

Fuente: Jara y Sedal